
Una ventana tapiada en el interior de la capilla de Sant Llàtzer, en la plaza Padró, servía para que los enfermos de lepra del hospital anexo pudieran asistir a misa sin mezclarse con el resto de feligreses, Esta es la historia de hoy de mi serie Barcelona Secreta en Lavanguardia.com. Podéis leerlo en el siguiente enlace:



