
La sección Barcelona Secreta que este verano publica @LaVanguardia en su edición impresa se centró ayer en una estancia del Palau Güell que durante la guerra civil y en el franquismo se utilizó como calabozo. Y es que durante algunos años el palacio diseñado por Antoni Gaudí albergó una comisaría de policía. En las paredes sobreviven decenas de grafitis realizados por los presos. @Viena_Edicions.