El Palau Güell, obra de Antoni Gaudí, fue convertido al final de la guerra civil y principios de los 40 en una comisaría de policía. Como consecuencia, una de las estancias se habilitó como calabozo y en ella restan casi 200 grafitos realizados por los detenidos. Esta es la entrega de hoy de mi serie Barcelona Secreta en Lavanguardia.com. Podéis leerlo en el siguiente enlace: